Estrategias de inversión en el mercado de criptomonedas bajo la agitación macroeconómica de 2025: Análisis de oportunidades de Bitcoin, moneda estable y Finanzas descentralizadas
Perspectivas del mercado de criptomonedas bajo la turbulencia macroeconómica global: Estrategias de inversión para la segunda mitad de 2025
I. Resumen
En la primera mitad de 2025, el entorno macroeconómico global sigue siendo incierto. La Reserva Federal ha pausado en varias ocasiones la reducción de tasas de interés, lo que refleja que la política monetaria ha entrado en una fase de espera, mientras que la escalada de conflictos geopolíticos desgasta aún más la estructura del apetito por el riesgo global. Desde cinco grandes dimensiones macroeconómicas, combinando datos en cadena y modelos financieros, evaluamos de manera sistemática las oportunidades y riesgos del mercado de criptomonedas en la segunda mitad del año, y proponemos tres categorías de recomendaciones estratégicas que cubren Bitcoin, el ecosistema de monedas estables y el sector de derivados DeFi.
II. Revisión del entorno macroeconómico global (primer semestre de 2025)
En la primera mitad de 2025, el panorama macroeconómico global continuará presentando características de múltiples incertidumbres. Bajo la intersección de factores como el débil crecimiento, la inflación persistente, la perspectiva confusa de la política monetaria y la creciente tensión geopolítica, la aversión al riesgo global experimentará una contracción significativa. La lógica dominante de la macroeconomía y la política monetaria ha evolucionado gradualmente de "control de la inflación" a "juego de señales" y "gestión de expectativas". El mercado de criptomonedas, como un campo de avanzada para los cambios de liquidez global, también mostrará típicas fluctuaciones sincrónicas en este complejo entorno.
Primero, desde la perspectiva del camino político, a principios de 2025 el mercado había llegado a un consenso sobre la expectativa de "tres recortes de tasas durante el año", especialmente en el contexto de una clara desaceleración en el crecimiento intermensual del PCE en el cuarto trimestre de 2024, donde el mercado esperaba en general que 2025 entrara en el comienzo de un período de relajación bajo "crecimiento estable + inflación moderada". Sin embargo, esta expectativa optimista pronto se vio afectada por la realidad en la reunión de marzo de 2025. Aunque no se tomaron medidas en ese momento, la declaración posterior a la reunión enfatizó que "la inflación aún no ha alcanzado el objetivo" y advirtió que el mercado laboral sigue siendo tenso. Posteriormente, en abril y mayo, el CPI interanual superó las expectativas en dos ocasiones consecutivas, y el crecimiento interanual del PCE subyacente se mantuvo siempre por encima del 3%, reflejando que la "inflación pegajosa" no se había disipado como esperaba el mercado.
Frente a la presión del aumento de la inflación, en la reunión de junio se eligió nuevamente "pausar la reducción de tasas de interés" y se ajustó a la baja en el gráfico de puntos las expectativas de reducción de tasas para todo 2025, de tres ajustes a principios de año a dos, manteniendo la expectativa de fin de año por encima del 4.9%. Lo más importante es que, en la conferencia de prensa, se insinuó que se ha entrado en la fase de "dependencia de datos + observación y espera", en lugar de la "confirmación del ciclo de flexibilización" interpretada anteriormente por el mercado. Esto señala que la política monetaria está pasando de una guía "direccional" a una gestión "basada en puntos en el tiempo", y la incertidumbre del camino de la política se ha incrementado significativamente.
Por otro lado, en la primera mitad de 2025 también se presenta un fenómeno de "agudización de la división" entre la política fiscal y la política monetaria. A medida que el gobierno acelera la implementación de la combinación estratégica de "dólar fuerte + fronteras fuertes", el Ministerio de Finanzas anunció a mediados de mayo que optimizará la "estructura de deuda" a través de varios medios financieros, entre los que se incluye impulsar el proceso legislativo de legalización de las stablecoins en dólares, intentando utilizar los activos en dólares a través de Web3 y productos de tecnología financiera, inyectando liquidez sin una expansión significativa del balance. Esta serie de medidas de estabilización del crecimiento lideradas por la fiscalidad se desvinculan claramente de la dirección de la política monetaria de "mantener altas tasas de interés para controlar la inflación", lo que complica cada vez más la gestión de las expectativas del mercado.
La política arancelaria del gobierno se ha convertido en una de las variables dominantes en la agitación del mercado global en la primera mitad del año. Desde mediados de abril, se han impuesto nuevos aranceles que oscilan entre el 30% y el 50% a productos de alta tecnología de China, vehículos eléctricos y equipos de energía limpia, y se ha amenazado con ampliar aún más el alcance. Estas medidas no son meras represalias comerciales, sino que buscan generar presión inflacionaria a través de la "inflación importada", lo que a su vez presiona para una reducción de tasas. En este contexto, la contradicción entre la estabilidad del crédito en dólares y el ancla de tasas de interés ha salido a la luz. Algunos participantes del mercado han comenzado a cuestionar si todavía existe independencia, lo que ha llevado a una nueva revalorización de los rendimientos a largo plazo de los bonos del Tesoro de EE. UU., con el rendimiento de los bonos a 10 años alcanzando temporalmente el 4.78%, mientras que la diferencia de tasas entre los bonos a 2 años y a 10 años volvió a ser negativa en junio, lo que ha elevado nuevamente las expectativas de recesión.
Al mismo tiempo, el calentamiento continuo de la geopolítica está teniendo un impacto sustancial en el sentimiento del mercado. A principios de junio, Ucrania logró destruir un bombardero estratégico ruso TU-160, lo que provocó un intenso intercambio de palabras entre la OTAN y Rusia; mientras que en la región de Oriente Medio, las infraestructuras clave de petróleo de Arabia Saudita sufrieron un ataque sospechoso por parte de los hutíes a finales de mayo, lo que afectó las expectativas de suministro de crudo, y el precio del petróleo Brent superó los 130 dólares, alcanzando un nuevo máximo desde 2022. A diferencia de la reacción del mercado en 2022, esta ronda de eventos geopolíticos no ha impulsado un aumento sincronizado de Bitcoin y Ethereum, sino que ha llevado a un gran flujo de fondos hacia el oro y el mercado de bonos del Tesoro a corto plazo, con el precio del oro al contado superando brevemente los 3450 dólares. Este cambio en la estructura del mercado indica que, en la etapa actual, Bitcoin se considera más como un activo de negociación de liquidez que como un activo de refugio macroeconómico.
Desde la perspectiva del flujo de capital global, se observa una clara tendencia de "desemergentización" en la primera mitad de 2025. Los datos muestran que en el segundo trimestre, la salida neta de fondos de bonos de mercados emergentes alcanzó el nivel más alto en un solo trimestre desde marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia, mientras que el mercado norteamericano recibió una entrada neta de fondos debido a la estabilidad que brindan los ETF. El mercado de criptomonedas no ha estado completamente al margen. Aunque los ETF de Bitcoin han tenido una entrada neta acumulada de más de 6,000 millones de dólares durante el año, mostrando un desempeño sólido, los tokens de pequeña y mediana capitalización y los derivados de DeFi han enfrentado una salida masiva de fondos, lo que revela señales significativas de "estratificación de activos" y "rotación estructural".
En resumen, la primera mitad de 2025 presenta un entorno de incertidumbre altamente estructurado: las expectativas de política monetaria se ven afectadas por intensos tira y afloja, las intenciones de la política fiscal se desbordan hacia el crédito en dólares, los eventos geopolíticos frecuentes constituyen nuevas variables macroeconómicas, el capital regresa a los mercados desarrollados y se reestructura la financiación de refugio, todo esto sienta una base compleja para el entorno de operación del mercado de criptomonedas en la segunda mitad del año. No se trata simplemente de una cuestión de "si habrá o no recortes de tasas", sino de múltiples campos de batalla en torno a la reestructuración del crédito anclado en dólares, la lucha por la dominación de la liquidez global y la integración de la legitimidad de los activos digitales. Y en esta batalla, los activos encriptados buscarán oportunidades estructurales en las brechas institucionales y la redistribución de la liquidez. La próxima fase del mercado no pertenecerá a todas las monedas, sino a los inversores que comprendan el panorama macroeconómico.
Tres, la reconstrucción del sistema del dólar y la evolución sistemática del papel de la encriptación
Desde 2020, el sistema del dólar está experimentando una de las reestructuraciones estructurales más profundas desde el colapso del sistema de Bretton Woods. Esta reestructuración no proviene de la evolución de herramientas de pago a nivel técnico, sino de la inestabilidad del orden monetario global y de la crisis de confianza institucional. En el contexto de la intensa volatilidad macroeconómica en la primera mitad de 2025, la hegemonía del dólar enfrenta tanto un desbalance en la coherencia de las políticas internas como también desafíos externos a su autoridad en forma de experimentos monetarios multilaterales, cuya trayectoria evolutiva impacta profundamente la posición del mercado de criptomonedas, la lógica regulatoria y el papel de los activos.
Desde la perspectiva de la estructura interna, el mayor problema que enfrenta el sistema de crédito del dólar es "la erosión de la lógica de anclaje de la política monetaria". En los últimos diez años, como gestor independiente del objetivo de inflación, su lógica de política era clara y predecible: endurecer en tiempos de sobrecalentamiento económico, aflojar en períodos de desaceleración, y tener la estabilidad de precios como objetivo primordial. Sin embargo, en 2025 esta lógica está siendo gradualmente erosionada por una combinación de "fiscalidad fuerte - banco central débil" representada por el gobierno. La insistencia de la era Biden en la expansión fiscal y la independencia monetaria se ha ido reconfigurando gradualmente en una estrategia de "prioridad fiscal", cuyo núcleo es aprovechar la posición dominante del dólar a nivel global para exportar de manera inversa la inflación interna, provocando indirectamente un ajuste en su camino de política en función del ciclo fiscal.
La manifestación más intuitiva de esta política fragmentada es el continuo fortalecimiento por parte del Ministerio de Hacienda en la configuración de la internacionalización del dólar, al mismo tiempo que se eluden las herramientas de política monetaria tradicionales. Por ejemplo, en mayo de 2025, el Ministerio de Hacienda propuso el "marco estratégico de monedas estables de cumplimiento", que apoya explícitamente la emisión en cadena de activos en dólares para su difusión global a través de redes Web3. Detrás de este marco se refleja la intención de la evolución de la "máquina financiera estatal" del dólar hacia una "plataforma estatal tecnológica", cuyo núcleo es moldear la "capacidad de expansión monetaria distribuida" del dólar digital a través de infraestructuras financieras innovadoras, permitiendo que el dólar continúe proporcionando liquidez a los mercados emergentes sin recurrir a la expansión del balance de los bancos centrales. Este camino integra las monedas estables en dólares, los bonos del estado en cadena y la red de liquidación de productos básicos de EE. UU. en un "sistema de exportación del dólar digital", con el objetivo de reforzar el efecto de red de la credibilidad del dólar en el mundo digital.
Sin embargo, esta estrategia también ha provocado preocupaciones en el mercado sobre la "desaparición de la frontera entre el fiat y los activos encriptados". A medida que la posición dominante de los stablecoins en dólares en el comercio de criptomonedas sigue aumentando, su esencia ha ido evolucionando gradualmente hacia "la representación digital del dólar" en lugar de "activos nativos encriptados". En consecuencia, el peso relativo de los activos encriptados puramente descentralizados como Bitcoin y Ethereum en el sistema de comercio ha ido disminuyendo. Desde finales de 2024 hasta el segundo trimestre de 2025, los datos muestran que la proporción de pares comerciales de USDT con respecto a otros activos en el volumen total de transacciones en las principales plataformas comerciales del mundo ha aumentado del 61% al 72%, mientras que la proporción de comercio al contado de BTC y ETH ha disminuido. Esta transformación en la estructura de liquidez marca que el sistema de crédito del dólar ha "devorado" parcialmente el mercado de encriptación, y los stablecoins en dólares se han convertido en una nueva fuente de riesgo sistémico en el mundo encriptado.
Mientras tanto, desde el punto de vista de los desafíos externos, el sistema del dólar enfrenta pruebas continuas de mecanismos monetarios multilaterales. Países como China, Rusia, Irán y Brasil están acelerando el avance en liquidaciones en moneda local, acuerdos de liquidación bilateral y la construcción de redes de activos digitales vinculados a commodities, con el objetivo de debilitar la posición monopólica del dólar en las liquidaciones globales y promover la implementación gradual de un sistema de "desdolarización". Aunque aún no se ha formado una red efectiva para contrarrestar el sistema SWIFT, su estrategia de "sustitución de infraestructura" ya ha generado presión marginal sobre la red de liquidación del dólar. Por ejemplo, el e-CNY, liderado por China, está acelerando la conexión de interfaces de pago transfronterizas con varios países de Asia Central, Medio Oriente y África, y explorando escenarios de uso de monedas digitales de bancos centrales (CBDC) en transacciones de petróleo, gas y materias primas. En este proceso, los activos encriptados están atrapados entre dos sistemas, y su problema de "pertenencia institucional" se vuelve cada vez más difuso.
Bitcoin, como un variable especial en este patrón, está cambiando su papel de "herramienta de pago descentralizada" a "activo antiinflacionario sin soberanía" y "canal de liquidez bajo vacíos institucionales". En la primera mitad de 2025, Bitcoin fue utilizado en gran medida en algunos países y regiones para cubrir la devaluación de la moneda local y el control de capital, especialmente en países con monedas inestables como Argentina, Turquía y Nigeria, donde la "red de dolarización de base" compuesta por BTC y USDT se convirtió en una herramienta importante para que los residentes mitiguen riesgos y realicen almacenamiento de valor. Los datos en cadena muestran que solo en el primer trimestre de 2025, el total de BTC que fluyó hacia América Latina y África a través de plataformas de comercio entre pares creció más del 40% en comparación con el año anterior, y este tipo de transacciones evitó significativamente la regulación del banco central del país, reforzando la función de Bitcoin como "activo de refugio gris".
Pero es necesario estar alerta, ya que debido a que Bitcoin y Ethereum aún no han sido incorporados al sistema lógico de crédito nacional, su capacidad para resistir las "pruebas de presión política" sigue siendo insuficiente. En la primera mitad de 2025, la regulación sobre proyectos DeFi y protocolos de transacciones anónimas continuará intensificándose, especialmente en relación con las puentes cross-chain y los nodos de MEV en el ecosistema de Layer 2, lo que llevará a que algunos fondos elijan salir de los protocolos DeFi de alto riesgo. Esto refleja que, en el proceso de que el sistema del dólar vuelva a dominar la narrativa del mercado, los activos encriptación deben reposicionar su papel, ya no como un símbolo de "independencia financiera", sino más probablemente como una herramienta de "fusión financiera" o "cobertura institucional".
El papel de Ethereum también está cambiando. Con su evolución dual hacia una capa de verificación de datos y una capa de ejecución financiera, sus funciones subyacentes están evolucionando gradualmente de "plataforma de contratos inteligentes" a "plataforma de acceso institucional". Ya sea la emisión en cadena de activos RWA o el despliegue de monedas estables a nivel gubernamental/empresarial, cada vez más actividades integrarán a Ethereum en su arquitectura de cumplimiento. Las instituciones financieras tradicionales han desplegado infraestructura en cadenas compatibles con Ethereum, junto con DeFi.
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Deconstructionist
· hace15h
Comer según el informe de inversión, ya se verá después de perderlo todo.
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tokenomics_truther
· hace16h
El bull run es otorgado por la Reserva Federal (FED). Si no bajan las tasas de interés, todo estará perdido.
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MevHunter
· hace16h
¡BTC como mucho retrocederá un 30%! Los que entienden, entienden.
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OnchainDetective
· hace16h
Los flujos de capital anormales en la primera mitad de 2025 realmente tenían señales anticipadas, mi modelo de alerta on-chain nunca ha fallado.
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FlippedSignal
· hace16h
Finanzas descentralizadas, hazlo y listo, ¿para qué preocuparse tanto?
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BasementAlchemist
· hace16h
En 2025 aún se analiza esto, el Halving de btc significa pump.
Estrategias de inversión en el mercado de criptomonedas bajo la agitación macroeconómica de 2025: Análisis de oportunidades de Bitcoin, moneda estable y Finanzas descentralizadas
Perspectivas del mercado de criptomonedas bajo la turbulencia macroeconómica global: Estrategias de inversión para la segunda mitad de 2025
I. Resumen
En la primera mitad de 2025, el entorno macroeconómico global sigue siendo incierto. La Reserva Federal ha pausado en varias ocasiones la reducción de tasas de interés, lo que refleja que la política monetaria ha entrado en una fase de espera, mientras que la escalada de conflictos geopolíticos desgasta aún más la estructura del apetito por el riesgo global. Desde cinco grandes dimensiones macroeconómicas, combinando datos en cadena y modelos financieros, evaluamos de manera sistemática las oportunidades y riesgos del mercado de criptomonedas en la segunda mitad del año, y proponemos tres categorías de recomendaciones estratégicas que cubren Bitcoin, el ecosistema de monedas estables y el sector de derivados DeFi.
II. Revisión del entorno macroeconómico global (primer semestre de 2025)
En la primera mitad de 2025, el panorama macroeconómico global continuará presentando características de múltiples incertidumbres. Bajo la intersección de factores como el débil crecimiento, la inflación persistente, la perspectiva confusa de la política monetaria y la creciente tensión geopolítica, la aversión al riesgo global experimentará una contracción significativa. La lógica dominante de la macroeconomía y la política monetaria ha evolucionado gradualmente de "control de la inflación" a "juego de señales" y "gestión de expectativas". El mercado de criptomonedas, como un campo de avanzada para los cambios de liquidez global, también mostrará típicas fluctuaciones sincrónicas en este complejo entorno.
Primero, desde la perspectiva del camino político, a principios de 2025 el mercado había llegado a un consenso sobre la expectativa de "tres recortes de tasas durante el año", especialmente en el contexto de una clara desaceleración en el crecimiento intermensual del PCE en el cuarto trimestre de 2024, donde el mercado esperaba en general que 2025 entrara en el comienzo de un período de relajación bajo "crecimiento estable + inflación moderada". Sin embargo, esta expectativa optimista pronto se vio afectada por la realidad en la reunión de marzo de 2025. Aunque no se tomaron medidas en ese momento, la declaración posterior a la reunión enfatizó que "la inflación aún no ha alcanzado el objetivo" y advirtió que el mercado laboral sigue siendo tenso. Posteriormente, en abril y mayo, el CPI interanual superó las expectativas en dos ocasiones consecutivas, y el crecimiento interanual del PCE subyacente se mantuvo siempre por encima del 3%, reflejando que la "inflación pegajosa" no se había disipado como esperaba el mercado.
Frente a la presión del aumento de la inflación, en la reunión de junio se eligió nuevamente "pausar la reducción de tasas de interés" y se ajustó a la baja en el gráfico de puntos las expectativas de reducción de tasas para todo 2025, de tres ajustes a principios de año a dos, manteniendo la expectativa de fin de año por encima del 4.9%. Lo más importante es que, en la conferencia de prensa, se insinuó que se ha entrado en la fase de "dependencia de datos + observación y espera", en lugar de la "confirmación del ciclo de flexibilización" interpretada anteriormente por el mercado. Esto señala que la política monetaria está pasando de una guía "direccional" a una gestión "basada en puntos en el tiempo", y la incertidumbre del camino de la política se ha incrementado significativamente.
Por otro lado, en la primera mitad de 2025 también se presenta un fenómeno de "agudización de la división" entre la política fiscal y la política monetaria. A medida que el gobierno acelera la implementación de la combinación estratégica de "dólar fuerte + fronteras fuertes", el Ministerio de Finanzas anunció a mediados de mayo que optimizará la "estructura de deuda" a través de varios medios financieros, entre los que se incluye impulsar el proceso legislativo de legalización de las stablecoins en dólares, intentando utilizar los activos en dólares a través de Web3 y productos de tecnología financiera, inyectando liquidez sin una expansión significativa del balance. Esta serie de medidas de estabilización del crecimiento lideradas por la fiscalidad se desvinculan claramente de la dirección de la política monetaria de "mantener altas tasas de interés para controlar la inflación", lo que complica cada vez más la gestión de las expectativas del mercado.
La política arancelaria del gobierno se ha convertido en una de las variables dominantes en la agitación del mercado global en la primera mitad del año. Desde mediados de abril, se han impuesto nuevos aranceles que oscilan entre el 30% y el 50% a productos de alta tecnología de China, vehículos eléctricos y equipos de energía limpia, y se ha amenazado con ampliar aún más el alcance. Estas medidas no son meras represalias comerciales, sino que buscan generar presión inflacionaria a través de la "inflación importada", lo que a su vez presiona para una reducción de tasas. En este contexto, la contradicción entre la estabilidad del crédito en dólares y el ancla de tasas de interés ha salido a la luz. Algunos participantes del mercado han comenzado a cuestionar si todavía existe independencia, lo que ha llevado a una nueva revalorización de los rendimientos a largo plazo de los bonos del Tesoro de EE. UU., con el rendimiento de los bonos a 10 años alcanzando temporalmente el 4.78%, mientras que la diferencia de tasas entre los bonos a 2 años y a 10 años volvió a ser negativa en junio, lo que ha elevado nuevamente las expectativas de recesión.
Al mismo tiempo, el calentamiento continuo de la geopolítica está teniendo un impacto sustancial en el sentimiento del mercado. A principios de junio, Ucrania logró destruir un bombardero estratégico ruso TU-160, lo que provocó un intenso intercambio de palabras entre la OTAN y Rusia; mientras que en la región de Oriente Medio, las infraestructuras clave de petróleo de Arabia Saudita sufrieron un ataque sospechoso por parte de los hutíes a finales de mayo, lo que afectó las expectativas de suministro de crudo, y el precio del petróleo Brent superó los 130 dólares, alcanzando un nuevo máximo desde 2022. A diferencia de la reacción del mercado en 2022, esta ronda de eventos geopolíticos no ha impulsado un aumento sincronizado de Bitcoin y Ethereum, sino que ha llevado a un gran flujo de fondos hacia el oro y el mercado de bonos del Tesoro a corto plazo, con el precio del oro al contado superando brevemente los 3450 dólares. Este cambio en la estructura del mercado indica que, en la etapa actual, Bitcoin se considera más como un activo de negociación de liquidez que como un activo de refugio macroeconómico.
Desde la perspectiva del flujo de capital global, se observa una clara tendencia de "desemergentización" en la primera mitad de 2025. Los datos muestran que en el segundo trimestre, la salida neta de fondos de bonos de mercados emergentes alcanzó el nivel más alto en un solo trimestre desde marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia, mientras que el mercado norteamericano recibió una entrada neta de fondos debido a la estabilidad que brindan los ETF. El mercado de criptomonedas no ha estado completamente al margen. Aunque los ETF de Bitcoin han tenido una entrada neta acumulada de más de 6,000 millones de dólares durante el año, mostrando un desempeño sólido, los tokens de pequeña y mediana capitalización y los derivados de DeFi han enfrentado una salida masiva de fondos, lo que revela señales significativas de "estratificación de activos" y "rotación estructural".
En resumen, la primera mitad de 2025 presenta un entorno de incertidumbre altamente estructurado: las expectativas de política monetaria se ven afectadas por intensos tira y afloja, las intenciones de la política fiscal se desbordan hacia el crédito en dólares, los eventos geopolíticos frecuentes constituyen nuevas variables macroeconómicas, el capital regresa a los mercados desarrollados y se reestructura la financiación de refugio, todo esto sienta una base compleja para el entorno de operación del mercado de criptomonedas en la segunda mitad del año. No se trata simplemente de una cuestión de "si habrá o no recortes de tasas", sino de múltiples campos de batalla en torno a la reestructuración del crédito anclado en dólares, la lucha por la dominación de la liquidez global y la integración de la legitimidad de los activos digitales. Y en esta batalla, los activos encriptados buscarán oportunidades estructurales en las brechas institucionales y la redistribución de la liquidez. La próxima fase del mercado no pertenecerá a todas las monedas, sino a los inversores que comprendan el panorama macroeconómico.
Tres, la reconstrucción del sistema del dólar y la evolución sistemática del papel de la encriptación
Desde 2020, el sistema del dólar está experimentando una de las reestructuraciones estructurales más profundas desde el colapso del sistema de Bretton Woods. Esta reestructuración no proviene de la evolución de herramientas de pago a nivel técnico, sino de la inestabilidad del orden monetario global y de la crisis de confianza institucional. En el contexto de la intensa volatilidad macroeconómica en la primera mitad de 2025, la hegemonía del dólar enfrenta tanto un desbalance en la coherencia de las políticas internas como también desafíos externos a su autoridad en forma de experimentos monetarios multilaterales, cuya trayectoria evolutiva impacta profundamente la posición del mercado de criptomonedas, la lógica regulatoria y el papel de los activos.
Desde la perspectiva de la estructura interna, el mayor problema que enfrenta el sistema de crédito del dólar es "la erosión de la lógica de anclaje de la política monetaria". En los últimos diez años, como gestor independiente del objetivo de inflación, su lógica de política era clara y predecible: endurecer en tiempos de sobrecalentamiento económico, aflojar en períodos de desaceleración, y tener la estabilidad de precios como objetivo primordial. Sin embargo, en 2025 esta lógica está siendo gradualmente erosionada por una combinación de "fiscalidad fuerte - banco central débil" representada por el gobierno. La insistencia de la era Biden en la expansión fiscal y la independencia monetaria se ha ido reconfigurando gradualmente en una estrategia de "prioridad fiscal", cuyo núcleo es aprovechar la posición dominante del dólar a nivel global para exportar de manera inversa la inflación interna, provocando indirectamente un ajuste en su camino de política en función del ciclo fiscal.
La manifestación más intuitiva de esta política fragmentada es el continuo fortalecimiento por parte del Ministerio de Hacienda en la configuración de la internacionalización del dólar, al mismo tiempo que se eluden las herramientas de política monetaria tradicionales. Por ejemplo, en mayo de 2025, el Ministerio de Hacienda propuso el "marco estratégico de monedas estables de cumplimiento", que apoya explícitamente la emisión en cadena de activos en dólares para su difusión global a través de redes Web3. Detrás de este marco se refleja la intención de la evolución de la "máquina financiera estatal" del dólar hacia una "plataforma estatal tecnológica", cuyo núcleo es moldear la "capacidad de expansión monetaria distribuida" del dólar digital a través de infraestructuras financieras innovadoras, permitiendo que el dólar continúe proporcionando liquidez a los mercados emergentes sin recurrir a la expansión del balance de los bancos centrales. Este camino integra las monedas estables en dólares, los bonos del estado en cadena y la red de liquidación de productos básicos de EE. UU. en un "sistema de exportación del dólar digital", con el objetivo de reforzar el efecto de red de la credibilidad del dólar en el mundo digital.
Sin embargo, esta estrategia también ha provocado preocupaciones en el mercado sobre la "desaparición de la frontera entre el fiat y los activos encriptados". A medida que la posición dominante de los stablecoins en dólares en el comercio de criptomonedas sigue aumentando, su esencia ha ido evolucionando gradualmente hacia "la representación digital del dólar" en lugar de "activos nativos encriptados". En consecuencia, el peso relativo de los activos encriptados puramente descentralizados como Bitcoin y Ethereum en el sistema de comercio ha ido disminuyendo. Desde finales de 2024 hasta el segundo trimestre de 2025, los datos muestran que la proporción de pares comerciales de USDT con respecto a otros activos en el volumen total de transacciones en las principales plataformas comerciales del mundo ha aumentado del 61% al 72%, mientras que la proporción de comercio al contado de BTC y ETH ha disminuido. Esta transformación en la estructura de liquidez marca que el sistema de crédito del dólar ha "devorado" parcialmente el mercado de encriptación, y los stablecoins en dólares se han convertido en una nueva fuente de riesgo sistémico en el mundo encriptado.
Mientras tanto, desde el punto de vista de los desafíos externos, el sistema del dólar enfrenta pruebas continuas de mecanismos monetarios multilaterales. Países como China, Rusia, Irán y Brasil están acelerando el avance en liquidaciones en moneda local, acuerdos de liquidación bilateral y la construcción de redes de activos digitales vinculados a commodities, con el objetivo de debilitar la posición monopólica del dólar en las liquidaciones globales y promover la implementación gradual de un sistema de "desdolarización". Aunque aún no se ha formado una red efectiva para contrarrestar el sistema SWIFT, su estrategia de "sustitución de infraestructura" ya ha generado presión marginal sobre la red de liquidación del dólar. Por ejemplo, el e-CNY, liderado por China, está acelerando la conexión de interfaces de pago transfronterizas con varios países de Asia Central, Medio Oriente y África, y explorando escenarios de uso de monedas digitales de bancos centrales (CBDC) en transacciones de petróleo, gas y materias primas. En este proceso, los activos encriptados están atrapados entre dos sistemas, y su problema de "pertenencia institucional" se vuelve cada vez más difuso.
Bitcoin, como un variable especial en este patrón, está cambiando su papel de "herramienta de pago descentralizada" a "activo antiinflacionario sin soberanía" y "canal de liquidez bajo vacíos institucionales". En la primera mitad de 2025, Bitcoin fue utilizado en gran medida en algunos países y regiones para cubrir la devaluación de la moneda local y el control de capital, especialmente en países con monedas inestables como Argentina, Turquía y Nigeria, donde la "red de dolarización de base" compuesta por BTC y USDT se convirtió en una herramienta importante para que los residentes mitiguen riesgos y realicen almacenamiento de valor. Los datos en cadena muestran que solo en el primer trimestre de 2025, el total de BTC que fluyó hacia América Latina y África a través de plataformas de comercio entre pares creció más del 40% en comparación con el año anterior, y este tipo de transacciones evitó significativamente la regulación del banco central del país, reforzando la función de Bitcoin como "activo de refugio gris".
Pero es necesario estar alerta, ya que debido a que Bitcoin y Ethereum aún no han sido incorporados al sistema lógico de crédito nacional, su capacidad para resistir las "pruebas de presión política" sigue siendo insuficiente. En la primera mitad de 2025, la regulación sobre proyectos DeFi y protocolos de transacciones anónimas continuará intensificándose, especialmente en relación con las puentes cross-chain y los nodos de MEV en el ecosistema de Layer 2, lo que llevará a que algunos fondos elijan salir de los protocolos DeFi de alto riesgo. Esto refleja que, en el proceso de que el sistema del dólar vuelva a dominar la narrativa del mercado, los activos encriptación deben reposicionar su papel, ya no como un símbolo de "independencia financiera", sino más probablemente como una herramienta de "fusión financiera" o "cobertura institucional".
El papel de Ethereum también está cambiando. Con su evolución dual hacia una capa de verificación de datos y una capa de ejecución financiera, sus funciones subyacentes están evolucionando gradualmente de "plataforma de contratos inteligentes" a "plataforma de acceso institucional". Ya sea la emisión en cadena de activos RWA o el despliegue de monedas estables a nivel gubernamental/empresarial, cada vez más actividades integrarán a Ethereum en su arquitectura de cumplimiento. Las instituciones financieras tradicionales han desplegado infraestructura en cadenas compatibles con Ethereum, junto con DeFi.