Recientemente, el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, se enfrenta a una presión política sin precedentes, principalmente debido a su negativa a reducir las tasas de interés de manera ciega. Según fuentes confiables, Powell ha dejado claro a varios colegas y partidarios que no cederá a esta presión, y mucho menos renunciará por ello.
Powell cree que su puesto ya no se trata solo de una persona, sino de la posición de la Reserva Federal (FED) como una institución independiente. Él ha comentado en privado que ceder ahora significaría que la línea de defensa de la Reserva Federal contra la intervención política durante años ha sido quebrantada.
A pesar de que podría seguir siendo objeto de críticas por parte de la Casa Blanca, Powell se ha comprometido a mantenerse en su cargo hasta el final de su mandato en 2026. Con las elecciones estadounidenses acercándose, los llamados a bajar las tasas de interés son cada vez más altos, y la independencia de la Reserva Federal (FED) enfrenta un desafío poco común.
El riesgo de que las fuerzas políticas intenten intervenir en la política monetaria ha llamado la atención de los mercados financieros y la academia. Esta situación no solo afecta la independencia de decisión de La Reserva Federal (FED), sino que también puede tener un impacto profundo en todo el sistema económico.
Ante esta situación, la firme postura de Powell se vuelve especialmente importante. Su determinación no solo refleja la ética profesional personal, sino que también muestra un compromiso con el sistema de La Reserva Federal (FED). Este juego que afecta la independencia del banco central de Estados Unidos podría continuar desarrollándose en los próximos años, y su resultado tendrá un profundo impacto en la dirección de las políticas económicas de Estados Unidos y del mundo.
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Recientemente, el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, se enfrenta a una presión política sin precedentes, principalmente debido a su negativa a reducir las tasas de interés de manera ciega. Según fuentes confiables, Powell ha dejado claro a varios colegas y partidarios que no cederá a esta presión, y mucho menos renunciará por ello.
Powell cree que su puesto ya no se trata solo de una persona, sino de la posición de la Reserva Federal (FED) como una institución independiente. Él ha comentado en privado que ceder ahora significaría que la línea de defensa de la Reserva Federal contra la intervención política durante años ha sido quebrantada.
A pesar de que podría seguir siendo objeto de críticas por parte de la Casa Blanca, Powell se ha comprometido a mantenerse en su cargo hasta el final de su mandato en 2026. Con las elecciones estadounidenses acercándose, los llamados a bajar las tasas de interés son cada vez más altos, y la independencia de la Reserva Federal (FED) enfrenta un desafío poco común.
El riesgo de que las fuerzas políticas intenten intervenir en la política monetaria ha llamado la atención de los mercados financieros y la academia. Esta situación no solo afecta la independencia de decisión de La Reserva Federal (FED), sino que también puede tener un impacto profundo en todo el sistema económico.
Ante esta situación, la firme postura de Powell se vuelve especialmente importante. Su determinación no solo refleja la ética profesional personal, sino que también muestra un compromiso con el sistema de La Reserva Federal (FED). Este juego que afecta la independencia del banco central de Estados Unidos podría continuar desarrollándose en los próximos años, y su resultado tendrá un profundo impacto en la dirección de las políticas económicas de Estados Unidos y del mundo.