El 7 de agosto de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que permite a los planes de ahorro para la jubilación 401(k) invertir en activos más diversificados, incluyendo capital privado, bienes raíces y activos criptográficos que se introducen por primera vez.
Esta política es tan fácil de interpretar como se ve literalmente.
Proporcionó un respaldo "a nivel nacional" para el mercado de criptomonedas, con una gran afluencia de capital y un nuevo fondo de "acumulación estratégica de monedas".
La diversificación de las inversiones y los rendimientos de las pensiones introduce una mayor volatilidad y riesgo.
En el ámbito de las criptomonedas, esto ya es suficiente para entrar en la historia.
A lo largo de la historia del 401(k), el punto de inflexión clave fue durante la Gran Depresión, cuando se permitió la inversión en acciones a través de reformas en los fondos de pensiones. A pesar de las diferencias en el contexto histórico y económico, este cambio tiene muchas similitudes con la tendencia actual de introducir activos criptográficos.
1 Sistema de pensiones antes de la Gran Depresión
A principios del siglo XX hasta la década de 1920, las pensiones en Estados Unidos se basaban principalmente en planes de beneficios definidos (Defined Benefit Plan), donde los empleadores se comprometían a proporcionar a los empleados una pensión mensual estable después de la jubilación. Este modelo surgió del proceso de industrialización a finales del siglo XIX, con el objetivo de atraer y retener mano de obra.
La estrategia de inversión de los fondos de pensiones en esta etapa es altamente conservadora. La opinión predominante en ese momento era que las pensiones debían priorizar la seguridad sobre los altos rendimientos, y estaban limitadas por la regulación de la "Lista Legal" (Legal List), lo que las restringía principalmente a activos de bajo riesgo como bonos del gobierno, bonos corporativos de alta calidad y bonos municipales.
Esta estrategia conservadora funciona bien durante períodos de prosperidad económica, pero también limita el rendimiento potencial.
2 El impacto de la Gran Depresión y la crisis de las pensiones
El colapso de la bolsa de Wall Street en octubre de 1929 marcó el comienzo de la Gran Depresión, con el índice Dow Jones cayendo casi un 90% desde su punto máximo, lo que provocó un colapso económico global. La tasa de desempleo se disparó al 25%, y innumerables empresas quebraron.
Aunque los fondos de pensiones invirtieron muy poco en acciones en ese momento, la crisis aún los afectó indirectamente. Muchas empresas empleadoras quebraron y no pudieron cumplir con sus promesas de pensiones, lo que llevó a interrupciones o reducciones en los pagos de pensiones.
Esto generó dudas en el público sobre la capacidad de los empleadores y del gobierno para gestionar las pensiones, lo que impulsó la intervención federal. En 1935, se promulgó la Ley de Seguridad Social (Social Security Act), que estableció un sistema nacional de pensiones, pero las pensiones privadas y públicas siguen siendo dominadas a nivel local.
Los reguladores enfatizan que los fondos de pensiones deben evitar activos "de juego" como las acciones.
El punto de inflexión comienza: la recuperación económica es lenta tras la crisis, y los rendimientos de los bonos comienzan a descender (en parte debido a la expansión de los impuestos federales), lo que siembra la semilla para las reformas posteriores. En este momento, la situación de rendimientos insuficientes comienza a hacerse evidente, siendo difícil cubrir los retornos prometidos.
3 La inversión y controversias tras la Gran Depresión
Después de la Gran Depresión, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial y después de esta (décadas de 1940 y 1950), las estrategias de inversión de pensiones comenzaron a evolucionar lentamente, pasando de bonos conservadores a incluir activos de renta variable como las acciones. Este cambio no fue fácil, sino que estuvo acompañado de intensas controversias.
La economía se recuperó tras la guerra, pero el mercado de bonos municipales está estancado, con rendimientos que caen a un mínimo del 1.2%, lo que no puede satisfacer los retornos garantizados de las pensiones. Las pensiones públicas enfrentan presión de "pagos deficitarios", lo que aumenta la carga sobre los contribuyentes.
Al mismo tiempo, los fideicomisos privados comenzaron a adoptar la "Regla del Hombre Prudente" (Prudent Man Rule), una regla que se originó en la ley de fideicomisos del siglo XIX, pero que en la década de 1940 fue reinterpretada para permitir inversiones diversificadas en busca de mayores rendimientos siempre que el enfoque general fuera "prudente". Esta regla se aplicaba originalmente a los fideicomisos privados, pero gradualmente comenzó a influir en los fondos de pensiones públicos.
En 1950, el estado de Nueva York fue el primero en adoptar parcialmente las reglas de los prudentes inversores, permitiendo que los fondos de pensiones invirtieran hasta el 35% en activos de capital (como acciones). Esto marcó una transición de la "lista legal" a inversiones más flexibles. Otros estados siguieron su ejemplo, como Carolina del Norte, que en 1957 autorizó la inversión en bonos corporativos y en 1961 permitió una asignación del 10% en acciones, aumentando al 15% en 1964.
Este cambio ha generado una gran controversia; los opositores (principalmente actuarios y sindicatos) argumentan que invertir en acciones repite los errores del crash de 1929, poniendo los fondos de jubilación en riesgo de volatilidad del mercado. Los medios de comunicación y los políticos lo han llamado "jugar con el dinero sudado de los trabajadores", preocupándose por un colapso de las pensiones en tiempos de recesión económica.
Para suavizar las controversias, se impuso un estricto límite a la proporción de inversión (inicialmente no más del 10-20%), priorizando la inversión en "acciones blue-chip". Con el tiempo, beneficiándose del mercado alcista posterior a la guerra, las controversias fueron desapareciendo gradualmente, demostrando su potencial de retorno.
4 Desarrollo futuro y sistematización
Para 1960, la proporción de valores no gubernamentales en las pensiones públicas superó el 40%. La tasa de tenencia de bonos municipales de Nueva York disminuyó del 32.3% en 1955 al 1.7% en 1966. Este cambio redujo la carga sobre los contribuyentes, pero también hizo que las pensiones dependieran más del mercado.
La Ley de Seguridad de Ingresos de Jubilación para Empleados (ERISA) de 1974 introdujo el estándar de inversor cauteloso para los fondos de pensiones públicos. A pesar de las controversias iniciales, la inversión en acciones fue finalmente aceptada, aunque también expuso algunos problemas, como las pérdidas significativas de los fondos de pensiones durante la crisis de 2008, lo que reavivó debates similares.
5 liberación de señal
La controversia sobre la introducción de activos criptográficos actualmente 401(k) es muy similar a la de la introducción de inversiones en acciones, ya que ambas implican una transición de inversiones conservadoras a activos de alto riesgo. Es evidente que la madurez actual de los activos criptográficos es más baja y su volatilidad más alta, lo que puede considerarse una reforma de pensiones más agresiva. Desde aquí también se liberan algunas señales, la promoción, regulación y educación sobre activos criptográficos avanzarán a un nivel superior para ayudar a las personas a aceptar este tipo de activos emergentes y aumentar su conciencia sobre los riesgos.
Desde la perspectiva del mercado, la inclusión de acciones en los planes de pensiones se beneficia de la larga tendencia alcista en el mercado de valores de EE. UU., y los activos criptográficos deben seguir este camino para replicar esta ruta, también deben salir a un mercado estable y ascendente. Al mismo tiempo, dado que los fondos 401(k) están prácticamente bloqueados, la compra de activos criptográficos por parte de los fondos de pensiones equivale a "acumular monedas", lo que equivale a otra "reserva estratégica de activos criptográficos".
Desde cualquier perspectiva, esto es una gran noticia para el Crypto.
6 Anexo - 401(k) significado y mecanismo de funcionamiento específico
401(k) es un plan de ahorro para la jubilación patrocinado por el empleador bajo el artículo 401(k) del Código de Impuestos Internos de EE. UU., introducido por primera vez en 1978. Permite a los empleados contribuir a cuentas de jubilación individuales a través de salarios antes de impuestos (o salarios después de impuestos, dependiendo del plan específico) para ahorro e inversión a largo plazo.
401(k) es un "Plan de Contribución Definida", que difiere del "Plan de Beneficio Definido" tradicional; su núcleo radica en que tanto el empleado como el empleador contribuyen, y las ganancias o pérdidas de la inversión son asumidas por el empleado individual.
6.1 Contribución
Los empleados pueden deducir un cierto porcentaje (normalmente entre el 1% y el 15%) de cada salario como contribución a un 401(k), que se deposita en su cuenta personal. El empleador ofrece "contribuciones de coincidencia", es decir, añade fondos según un cierto porcentaje de la contribución del empleado (por ejemplo, 50% o 100%, con un límite que normalmente es del 6% del salario); el monto coincidente depende de la política del empleador y no es obligatorio.
6.2 Inversión
401(k) no es un fondo único, sino una cuenta personal controlada por empleados, cuyos fondos pueden invertirse en las opciones "menú" preestablecidas por el empleador. Comúnmente incluye: fondo índice S&P 500, fondo de bonos, fondo de asignación mixta, etc. El decreto ejecutivo de 2025 permite la inclusión de capital privado, bienes raíces y activos criptográficos.
Los empleados deben seleccionar una cartera de inversión del menú o aceptar la opción predeterminada. El empleador solo ofrece opciones y no es responsable de las inversiones específicas.
Propiedad de los ingresos: Las ganancias de la inversión pertenecen completamente al empleado, sin necesidad de compartirlas con el empleador o con otras personas.
Asunción de riesgos: Si el mercado cae (como en la crisis financiera de 2008, 401(k), la pérdida promedio fue del 34.8%), la pérdida será asumida por los empleados, sin mecanismo de respaldo.
6.3 Extracción
Se debe pagar un 10% de penalización y el impuesto sobre la renta si se retira antes de los 59.5 años, a menos que se cumplan las excepciones.
Extracción obligatoria a partir de los 73 años, se aplicará una multa si no se extrae.
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Desde una perspectiva histórica, la introducción de activos Crypto en las pensiones 401(k).
Autor: Chen Mo
El 7 de agosto de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que permite a los planes de ahorro para la jubilación 401(k) invertir en activos más diversificados, incluyendo capital privado, bienes raíces y activos criptográficos que se introducen por primera vez.
Esta política es tan fácil de interpretar como se ve literalmente.
En el ámbito de las criptomonedas, esto ya es suficiente para entrar en la historia.
A lo largo de la historia del 401(k), el punto de inflexión clave fue durante la Gran Depresión, cuando se permitió la inversión en acciones a través de reformas en los fondos de pensiones. A pesar de las diferencias en el contexto histórico y económico, este cambio tiene muchas similitudes con la tendencia actual de introducir activos criptográficos.
1 Sistema de pensiones antes de la Gran Depresión
A principios del siglo XX hasta la década de 1920, las pensiones en Estados Unidos se basaban principalmente en planes de beneficios definidos (Defined Benefit Plan), donde los empleadores se comprometían a proporcionar a los empleados una pensión mensual estable después de la jubilación. Este modelo surgió del proceso de industrialización a finales del siglo XIX, con el objetivo de atraer y retener mano de obra.
La estrategia de inversión de los fondos de pensiones en esta etapa es altamente conservadora. La opinión predominante en ese momento era que las pensiones debían priorizar la seguridad sobre los altos rendimientos, y estaban limitadas por la regulación de la "Lista Legal" (Legal List), lo que las restringía principalmente a activos de bajo riesgo como bonos del gobierno, bonos corporativos de alta calidad y bonos municipales.
Esta estrategia conservadora funciona bien durante períodos de prosperidad económica, pero también limita el rendimiento potencial.
2 El impacto de la Gran Depresión y la crisis de las pensiones
El colapso de la bolsa de Wall Street en octubre de 1929 marcó el comienzo de la Gran Depresión, con el índice Dow Jones cayendo casi un 90% desde su punto máximo, lo que provocó un colapso económico global. La tasa de desempleo se disparó al 25%, y innumerables empresas quebraron.
Aunque los fondos de pensiones invirtieron muy poco en acciones en ese momento, la crisis aún los afectó indirectamente. Muchas empresas empleadoras quebraron y no pudieron cumplir con sus promesas de pensiones, lo que llevó a interrupciones o reducciones en los pagos de pensiones.
Esto generó dudas en el público sobre la capacidad de los empleadores y del gobierno para gestionar las pensiones, lo que impulsó la intervención federal. En 1935, se promulgó la Ley de Seguridad Social (Social Security Act), que estableció un sistema nacional de pensiones, pero las pensiones privadas y públicas siguen siendo dominadas a nivel local.
Los reguladores enfatizan que los fondos de pensiones deben evitar activos "de juego" como las acciones.
El punto de inflexión comienza: la recuperación económica es lenta tras la crisis, y los rendimientos de los bonos comienzan a descender (en parte debido a la expansión de los impuestos federales), lo que siembra la semilla para las reformas posteriores. En este momento, la situación de rendimientos insuficientes comienza a hacerse evidente, siendo difícil cubrir los retornos prometidos.
3 La inversión y controversias tras la Gran Depresión
Después de la Gran Depresión, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial y después de esta (décadas de 1940 y 1950), las estrategias de inversión de pensiones comenzaron a evolucionar lentamente, pasando de bonos conservadores a incluir activos de renta variable como las acciones. Este cambio no fue fácil, sino que estuvo acompañado de intensas controversias.
La economía se recuperó tras la guerra, pero el mercado de bonos municipales está estancado, con rendimientos que caen a un mínimo del 1.2%, lo que no puede satisfacer los retornos garantizados de las pensiones. Las pensiones públicas enfrentan presión de "pagos deficitarios", lo que aumenta la carga sobre los contribuyentes.
Al mismo tiempo, los fideicomisos privados comenzaron a adoptar la "Regla del Hombre Prudente" (Prudent Man Rule), una regla que se originó en la ley de fideicomisos del siglo XIX, pero que en la década de 1940 fue reinterpretada para permitir inversiones diversificadas en busca de mayores rendimientos siempre que el enfoque general fuera "prudente". Esta regla se aplicaba originalmente a los fideicomisos privados, pero gradualmente comenzó a influir en los fondos de pensiones públicos.
En 1950, el estado de Nueva York fue el primero en adoptar parcialmente las reglas de los prudentes inversores, permitiendo que los fondos de pensiones invirtieran hasta el 35% en activos de capital (como acciones). Esto marcó una transición de la "lista legal" a inversiones más flexibles. Otros estados siguieron su ejemplo, como Carolina del Norte, que en 1957 autorizó la inversión en bonos corporativos y en 1961 permitió una asignación del 10% en acciones, aumentando al 15% en 1964.
Este cambio ha generado una gran controversia; los opositores (principalmente actuarios y sindicatos) argumentan que invertir en acciones repite los errores del crash de 1929, poniendo los fondos de jubilación en riesgo de volatilidad del mercado. Los medios de comunicación y los políticos lo han llamado "jugar con el dinero sudado de los trabajadores", preocupándose por un colapso de las pensiones en tiempos de recesión económica.
Para suavizar las controversias, se impuso un estricto límite a la proporción de inversión (inicialmente no más del 10-20%), priorizando la inversión en "acciones blue-chip". Con el tiempo, beneficiándose del mercado alcista posterior a la guerra, las controversias fueron desapareciendo gradualmente, demostrando su potencial de retorno.
4 Desarrollo futuro y sistematización
Para 1960, la proporción de valores no gubernamentales en las pensiones públicas superó el 40%. La tasa de tenencia de bonos municipales de Nueva York disminuyó del 32.3% en 1955 al 1.7% en 1966. Este cambio redujo la carga sobre los contribuyentes, pero también hizo que las pensiones dependieran más del mercado.
La Ley de Seguridad de Ingresos de Jubilación para Empleados (ERISA) de 1974 introdujo el estándar de inversor cauteloso para los fondos de pensiones públicos. A pesar de las controversias iniciales, la inversión en acciones fue finalmente aceptada, aunque también expuso algunos problemas, como las pérdidas significativas de los fondos de pensiones durante la crisis de 2008, lo que reavivó debates similares.
5 liberación de señal
La controversia sobre la introducción de activos criptográficos actualmente 401(k) es muy similar a la de la introducción de inversiones en acciones, ya que ambas implican una transición de inversiones conservadoras a activos de alto riesgo. Es evidente que la madurez actual de los activos criptográficos es más baja y su volatilidad más alta, lo que puede considerarse una reforma de pensiones más agresiva. Desde aquí también se liberan algunas señales, la promoción, regulación y educación sobre activos criptográficos avanzarán a un nivel superior para ayudar a las personas a aceptar este tipo de activos emergentes y aumentar su conciencia sobre los riesgos.
Desde la perspectiva del mercado, la inclusión de acciones en los planes de pensiones se beneficia de la larga tendencia alcista en el mercado de valores de EE. UU., y los activos criptográficos deben seguir este camino para replicar esta ruta, también deben salir a un mercado estable y ascendente. Al mismo tiempo, dado que los fondos 401(k) están prácticamente bloqueados, la compra de activos criptográficos por parte de los fondos de pensiones equivale a "acumular monedas", lo que equivale a otra "reserva estratégica de activos criptográficos".
Desde cualquier perspectiva, esto es una gran noticia para el Crypto.
6 Anexo - 401(k) significado y mecanismo de funcionamiento específico
401(k) es un plan de ahorro para la jubilación patrocinado por el empleador bajo el artículo 401(k) del Código de Impuestos Internos de EE. UU., introducido por primera vez en 1978. Permite a los empleados contribuir a cuentas de jubilación individuales a través de salarios antes de impuestos (o salarios después de impuestos, dependiendo del plan específico) para ahorro e inversión a largo plazo.
401(k) es un "Plan de Contribución Definida", que difiere del "Plan de Beneficio Definido" tradicional; su núcleo radica en que tanto el empleado como el empleador contribuyen, y las ganancias o pérdidas de la inversión son asumidas por el empleado individual.
6.1 Contribución
Los empleados pueden deducir un cierto porcentaje (normalmente entre el 1% y el 15%) de cada salario como contribución a un 401(k), que se deposita en su cuenta personal. El empleador ofrece "contribuciones de coincidencia", es decir, añade fondos según un cierto porcentaje de la contribución del empleado (por ejemplo, 50% o 100%, con un límite que normalmente es del 6% del salario); el monto coincidente depende de la política del empleador y no es obligatorio.
6.2 Inversión
401(k) no es un fondo único, sino una cuenta personal controlada por empleados, cuyos fondos pueden invertirse en las opciones "menú" preestablecidas por el empleador. Comúnmente incluye: fondo índice S&P 500, fondo de bonos, fondo de asignación mixta, etc. El decreto ejecutivo de 2025 permite la inclusión de capital privado, bienes raíces y activos criptográficos.
Los empleados deben seleccionar una cartera de inversión del menú o aceptar la opción predeterminada. El empleador solo ofrece opciones y no es responsable de las inversiones específicas.
6.3 Extracción